Corpus

I
cómo salir de este cuerpo que se teje a la tristeza
hilvanar las coyunturas de lo que se fue
y no ha dejado respirar, cómo es posible
abrir y cerrar los cajones, sorprender al tiempo
y derretirnos sobre el piso de madera hasta
convertirnos en un río de lava fornicando con
la muerte
II
soy un mueble, estática en una habitación que
envejece al compás del viento
y como negra ave de rapiña estoy bebiendo la
sangre de mi misma, los ojos que me desvisten
de punta a punta
de catedral en catedral
estoy hecha de ébano hasta dormirme
III
despierto sobre mi pecho convertido en amapola
la tumba abierta entre las piernas,
el protozoo volviendo a reunirse con el agua;
ven y bebe
acurrúcate a mi lado hasta que se vaya el mal
sueño
IV
ven y bebe, hasta que el cuerpo se haya descompuesto
y sólo quede la tristeza
abrázame hasta que arda en las planicies de tu carne
rompeolas,
penetra el trueno hasta el hueso, oxidando levemente las
pestañas
V
cómo salgo de este cuerpo sin dejarlo a la intemperie
con el vicio que me arde en la garganta
cómo eviscero el recuerdo de mi existencia entrelazada
a una niebla que se espesa
VI
grítame hasta que me haya acostumbrado
al uso de esta forma
lacérame, con la vibración sinfónica de mil tumbas
convirtiéndose en plegarias; por este útero atrincherado, por las
cigarras que hacen nidos en mi boca
criptica vacía mirando en el espejo
dedos que hurgan la otredad de un laberinto
dentro de mi carne